jueves, 28 de abril de 2011

Juntacadáveres, por Juan Carlos Onetti


A través de los fracasos, de los malos momentos, de los años de pruebas y ensimismamientos, de lecciones imprevistas, Junta había llegado a descubrir que lo que hace pecaminoso al pecado es su inutilidad, aquella perniciosa manía de bastarse a sí mismo, de no derivar; su falta de necesidad de trascender y depositar en el mundo, visibles para los demás, palpables, cosas, cifras, satisfacciones que puedan ser compartidas. 

Y ahora llegaron a los quince años y empiezan a ocupar sus sitios y a desplazar, empiezan a creer que la vieja aventura tediosa y apasionante, la interminable reiteración de lugares comunes, se inicia con ellos y que ellos la van descubriendo y creando. Y es verdad, tengo que aceptarlo; ellos van haciendo, entusiastas y sumisos, uno a uno, los capítulos de la inveterada historia y no saben que ella estaba antes, que vuelve a hacerse con ellos, que los hizo y los hace a ellos para consumar su porfía maniática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario