miércoles, 8 de junio de 2011

Algo de Álvaro Mutis


Lo miserable, en cambio, del mito de Rimbaud, es que la segunda parte de su vida sólo es el lento suicidio de un pequeño burgués desesperado por la visita del genio en que ardieron sus primeros años. De Relatos de mar y tierra.

Aprendió que hay una nostalgia intacta de todo cuerpo gozado, de todas las horas de gran desorden de la carne en donde nace una verdad de sustancia especial y sobre la que el tiempo no tiene ascendiente alguno. Se confunden los rostros y los nombres, se borran las acciones y los dulces sacrificios hechos por quien se amó una vez, pero el ronco grito del goce se levanta repitiendo su sílaba como las sirenas de las boyas a la entrada del puerto. De Antología.

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