miércoles, 8 de junio de 2011

El cuarteto de Alejandría, Lawrence Durrell


No se puede escribir más que una docena de cartas de amor sin encontrarse falto de tema. La más rica de las experiencias es también la más limitada en su campo de expresión. Las palabras matan el amor como matan todo lo demás. De Mountolive.

¡La manía de perpetuar, de registrar, de fotografiar todo! Supongo que eso nace de la sensación de no gozar plenamente de nada, de sentir que la flor de todas las cosas se escapa con cada soplo de aire que exhalamos. De Balthazar

-¿Crees que realmente es así? -decía con una aflicción tan conmovedora como divertida-. ¿Por qué sonríes? Siempre sonríes ante las cosas más serias. ¡Ah, sin embargo deberías estar triste!
Si más tarde llegó a conocerme habrá comprendido que para todos los que sienten profundamente y tienen una aguda conciencia del inextricable laberinto del pensamiento humano, sólo hay una respuesta posible: la ternura irónica, el silencio. De Justine.

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