Los hombres se casan por fatiga, las mujeres por curiosidad. Ambos sufren un desengaño.
Es verdaderamente monstruosa la manera que tiene hoy la gente de conducirse, diciendo, a espaldas de uno, cosas que son absolutamente exactas.
Los que no aman más que una vez en su vida son los verdaderamente superficiales. Lo que llaman su lealtad y su constancia yo lo llamo el letargo de la costumbre o su falta de imaginación. La fidelidad es a la vida sentimental lo que la consecuencia en las ideas es a la vida intelectual: simplemente una confesión de impotencia.
El único medio de librarse de una tentación es ceder a ella. Resistid, y vuestra alma enfermará de deseo por las cosas que se ha vedado a sí misma, de concupiscencia por aquello que sus leyes monstruosas han hecho ilícito y monstruoso. Se ha dicho que los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en el cerebro. En el cerebro también, y sólo en el cerebro, tienen lugar los grandes pecados del mundo.
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