miércoles, 8 de junio de 2011

Respiración artificial, Ricardo Piglia


Aquella noche me sorprendió como si fuera la suma de muchas noches vividas o, mejor, como la única noche -esperada y temida a la vez- en la que cada uno se encuentra con su muerte. 

La paciencia es un arte que tarda siglos en ser aprendido. Y nosotros sólo le damos valor a la profesión de una virtud cuando hemos notado la completa ausencia de ella en nuestros enemigos. 

Todos nos inventamos historias diversas (que en el fondo son siempre la misma) para imaginar que nos ha pasado algo en la vida. Una historia o una serie de historias inventadas que al final son lo único que realmente hemos vivido. Historias que uno mismo se cuenta para imaginarse que tiene experiencias o que en la vida nos ha sucedido algo que tiene sentido. Pero ¿quién puede asegurar que el orden del relato es el orden de la vida? 

… ¿qué es, dijo, un fracasado? Un hombre que no tiene quizás todos los dones, pero sí muchos, incluso bastante más que los comunes en ciertos hombres de éxito. Tiene esos dones, dijo, y no los explota. Los destruye.

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